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“El golpe de Estado que armaron en mi contra conmovió mi fe, me fortaleció espiritualmente”, revela el ex intendente de la ciudad de Santa Rosa, Juan Carlos Tierno, reencarnado hoy en candidato a senador nacional pampeano por el partido evangélico Pueblo Nuevo. Es que aquel fervoroso peronista que, en 87 inolvidables días de gobierno, hasta su destitución en marzo de 2008, se enfrentó con la oposición, el sindicato municipal, los diarios locales, los adolescentes y hasta los artistas de su ciudad a los que tildó de “depravados morales”, encabezará la boleta nacional del partido que fundó el pastor evangelista Daniel Robledo.Y a Tierno le sobra esperanza para arribar al Congreso: “Ganamos fácil. Los pampeanos me lo dicen por la calle. ‘A usted, Tierno, lo sacaron mal. Por eso es que lo voy a apoyar’”, repite. Una vez desbaratado su verdadero plan original, el de instalar su autoridad en la ciudad Santa Rosa, Tierno apuntó a ser el candidato a senador del PJ de su provincia. “Yo me siento óptimo en cargos ejecutivos, pero bueno, el Senado será un aprendizaje profesional para mí”, se consuela el enjundioso abogado. La postulación no pudo encuadrarse en el PJ local. La junta electoral de La Pampa no aprobó sus avales y Tierno quedó inhabilitado para presentarse en la interna. La candidatura a senador pejotista quedó servida así para el ex gobernador pampeano Carlos Verna. Precisamente Verna, ex aliado de Tierno, convertido desde su destitución en su archienemigo político. “Verna instigó mi destitución y, después, me proscribió. Me acusaron de nazi y me aplicaron esos mismos métodos”, se indigna el ex intendente.Despejotizado, Tierno tampoco se resignó. “No quiero ser uno más de los que se repliegan, de los individualistas. Si estoy equivocado, que lo decida el pueblo”, enuncia el pampeano. Apareció, entonces, el telefonazo prodigioso. Desde General Pico, lo llamaron los militantes de Pueblo Nuevo, peronistas y evangélicos en su mayoría. “Hablamos, se solidarizaron conmigo y acordamos un encuentro. Conversamos y me pareció justo que algunos miembros del partido me acompañen en la lista”, explica el candidato a senador.“Muy de vez en cuando” acostumbra ir a misa este hombre de 55 años y padre de cuatro hijos. Así y todo, Tierno es un católico confeso. ¿Hay contradicción?, le preguntó Crítica de la Argentina. “Tampoco es que pensaba dar misa en el Congreso. Mis proyectos tienen que ver con la inseguridad, el federalismo y los accidentes de tránsito. ¿Cuál es el problema?”, contraataca Tierno.Además, en los temas sociales, no habrá desacuerdo entre las convicciones evangelistas y las del propio Tierno. “Estoy en contra del aborto y de la legalización de la droga”, arenga el candidato.Pero el buen augurio definitivo sobre su inclusión en un partido evangélico remite al sábado 8 de marzo de 2008, el día posterior a su destitución. “Unos amigos de mi mujer me invitaron a orar en una Iglesia evangélica”, rememora Tierno. Escéptico y dolido, el ex intendente aceptó la propuesta. “Me sentí muy bien. Fue un momento muy significativo para mí”, confiesa Tierno, el inesperado candidato espiritual.